
Para ser campeón es necesario reunir, en general, salvo raras excepciones, una serie
características fundamentales, entre ellas, velocidad y fortaleza mental.
En el caso de Sebastián Salom, el arranque del torneo no fue fácil ya que, en la apertura,
disputada con lluvia en Buenos Aires, sufrió una caída aunque pudo recuperarse y sumar 6
unidades. Parecen pocos pero, al final, serán fundamentales.
El camino volvió a presentarse complicado en la cita siguiente donde, si bien terminó
en el segundo lugar, el ganador había sido su principal rival (Emanuel Aguilar). Por si esto
fuera poco, el correntino había controlado el desarrollo a su voluntad.

Al terminar el domingo, el panorama era difícil. Con un certamen de 6 rondas y 4 por
llevarse a cabo, si bien pueden suceder cosas en el medio, el chaqueño debía imponerse en
todas las pruebas restantes y, el de “La Correntina”, llegar tercero. Así, igualarían en puntos
pero la corona sería para Salom por cantidad de victorias.
Situación compleja. En la categoría, los únicos tres con posibilidad de podio, dejando de lado a Andrés
González que se encontraba en Europa, eran Salom, Aguilar, y Frasca.
Es decir, si uno fallaba, aprovecharía su adversario. No habría intermediarios.
Según sus palabras, gracias a una charla que tuvimos recientemente suele ir de menos a
más en el calendario.
Pese a este panorama, Salom no dudó nunca de sus chances para adjudicarse el título, no le
pesó la responsabilidad de salir a buscar obligatoriamente el triunfo.
Al contrario, el único momento en el que pensó un poco de más fue en San Juan donde
contuvo las ganas de ir a buscar al de El Tío, cuando éste comandaba. Una caída arruinaría sus
aspiraciones. El tema es que en su ADN está atacar.

Ahora, cómo hicieron para cambiar de manera radical el rumbo? Uno de los aspectos
principales fue la evolución de la moto a lo largo del año. Gran mérito junto su equipo
Cento Racing. Aquí, voy a dividir en el tema en dos :
El primero es que, durante la pandemia, no hicieron ensayos, entonces tenían
margen para incursionar en el tema de puesta punto. Así, por un lado, se enfocaron en
suspensiones, geometrías, etc.
El segundo factor fue el repaso minucioso, al detalle (no estoy exagerando) de diversos
elementos por parte del team. Es decir, no hubo piezas nuevas a nivel aerodinámico
como mecánico que le hayan brindado un salto sino que mantuvieron la competitividad del
conjunto en el transcurso del tiempo.
Un ejemplo de este progreso se vió en Buenos Aires III, donde tanto en ritmo como
velocidad a una vuelta pasaron a estar un escalón arriba.

Llegó San Juan donde, como dijimos anteriormente, hubo que actuar fríamente y, en San
Nicolás, comenzamos a afirmar una estrategia que emplea a la hora de afrontar las
carreras. Si bien muchas suelen definirse a poco de la bajada de la bandera a
cuadros, en su caso es notorio. Muchos pilotos suelen marcar la vuelta rápida al inicio.
En cambio ellos (piloto/equipo) suelen configurar la YZF-R6 para que tal vez no sea la más
veloz en las vueltas iniciales pero sí capaz de dar lo mejor en el último tercio.
No es casualidad que, una vez que supera al rival, anote su mejor registro acompañado de
otros giros al 100% de gas. Dicha característica, por sus condiciones, le cae excelente al #77.
Es tan eficaz la combinación conseguida que, si bien Salom posee un estilo agresivo con
frenadas fuertes y derrapes controlados, no desgasta la unidad prematuramente
Avanzamos un poco más y llegó el momento del desenlace. Ambos aspirantes con 60
puntos. A la hora de clasificar, por diversos motivos, no pudo explotar el 100% del potencial
pero a la hora de la verdad se puso al frente y la sentenció poco antes del cierre.
Aquí también ofreció una muestra del avance continuo del conjunto. Si bien las
condiciones del trazado del Oscar Gálvez no eran idénticas a BsAs III el ritmo fue bastante
similar.
Un merecido campeonato (MotoAR2) ya que combinó los factores necesarios: velocidad, conjunción
piloto/equipo, y fortaleza.

Fernando Chiesa
Muchísimas gracias «Indio» Carrasco por pemitirme usar tus fotos